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Nunca me defrauda Don Tito. Es uno de mis lugares favoritos para pasar el rato con amigos e incluso hacer reuniones.
Adoro la decoración del sitio donde te sientes que estás en los años 20, sus cafés y chocolates son mi gran perdición. Me suelo pedir el chocolate/café con menta.
Pero el sitio no sólo es bonito y tiene una carta bastante esquisita para comer. Lo que realmente es un tesoro en ese lugar es su personal, es lo que más enamora, y por lo que realmente repites. Cuando te sientes como en casa ahí es.
¡Espero que sigan abiertos durante muchos años más!
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