Lugar idílico trato nefasto
La finca es un lugar idílico y romántico.
Celebré mi boda allí, como digo el sitio es un espectáculo ahora el trato por parte de Juan el encargado fue una auténtica pesadilla.
Antes de pagar todo era perfecto sin ningún tipo de traba y muy flexibles.
Llego el día de antes del evento y el catering tuvo que buscarse la vida para enfriar bebidas y demás porque la cámara frigorífica aun a las 2:30h de la madrugada permanecia apagada. El aire acondicionado del salón el mismo día del evento apagado contando que esos días había una ola de calor. Entremos al salón después del cóctel y no se podía estar de la calor que hacía.
Este caballero Juan muy maleducado venga pasearse entre las mesas de nuestros invitados y si sin ser poco nuestros amigos alquilaron la casa y a las 12 de la mañana este señor entró sin previo aviso y los pillo en ropa interior y ay se quedó plantado esperando a que se vistieran, muy poca profesionalidad y falta de vergüenza por su parte. Desde luego no lo recomiendo.